6 errores que una Agencia de Marketing digital no debe cometer
Relevamos a algunas de las Agencias de Marketing Digital que brindan servicios de email marketing con EnvialoSimple, para conocer los errores más típicos en los que han caído, y desean evitar. Te compartimos su experiencia. ¿En cuáles te ves reflejado? ¿Conoces algún otro que quieras compartir con nuestra comunidad?
1.- No actualizar su sitio web.
Las agencias cuentan con diseñadores gráficos para realizar excelentes landing pages para sus clientes. Muchas incluyen en sus servicios la venta de sitios web corporativos modernos. Pero el viejo refrán “en casa de herrero cuchillo de palo”, se aplica en algunas ocasiones con precisión. “Estamos tan preocupados por cumplirles a nuestros clientes, que hemos descuidado nuestro propio sitio web”. O, “como posiciona bien en Google, no lo queremos tocar”, fueron algunas de las frases comunes. Las tendencias en estética web cambian año a año. Procura disponer de un sitio web moderno que aplique algunas de ellas, como diseños cover page, sliders 3D, videos de fondo o efecto Parallax.
2.- No Invertir en Publicidad Digital.
Recabamos experiencias de especialistas en gestión de Google Adwords, o Facebook Ads, que sólo ocasionalmente implementaban campañas para sus propios servicios, en lugar de realizarlo en forma continua, e incluso creciente de acuerdo a resultados. “A veces estamos tan tapados con nuestros clientes que no queremos distraernos con nuevos”, o “pagar los sueldos y los gastos de la oficina es nuestra prioridad, los clientes se atrasan, y no queremos endeudarnos con más erogaciones”, fue otra respuesta típica.
Más allá de las dificultades, la autocrítica coincidió en aprovechar su propio expertise y mantener siempre una inversión publicitaria, para obtener más e incluso mejores clientes.
3.- No tener una cuenta de Facebook o Twitter con engagement.
Nos hemos encontrado también con consultoras especializadas en gestión de redes sociales, que no disponían un propio perfil activo y con una comunidad comprometida. “Las cuentas de nuestros clientes hablan por sí solas, y dedicarle a la nuestra los mismos recursos es una tarea que nos resulta imposible” – nos explicaron. Sin embargo la coincidencia mayoritaria fue que el perfil propio habla tan bien o mejor que el de las cuentas clientes. Y que es preferible disponer de un solo perfil social, pero que éste sea atractivo y un ejemplo de la calidad del trabajo.
4.- No disponer de colaboradores con la misma calidad con la que tú hacías las tareas.
Dimos con emprendedores que crecieron hasta convertirse en una empresa con varios colaboradores, o inclusive con jefes intermedios. “La empresa mantiene un nivel de calidad de la que estoy satisfecho” – nos comentaba uno de los CEOs, – pero pocas veces encuentro a un experto que le dedique el mismo cariño y pasión como tenía yo cuando realizaba las tareas al empezar, y era a la vez socio, vendedor, y técnico. Me gustaría replicar ese modelo, pero hasta ahora no he encontrado la solución definitiva”.
Los tips más coincidentes en este caso fueron procurar seleccionar al perfil mejor calificado posible, tanto técnica como humanamente, es decir que coincida con los valores de la compañía. Y no sólo recompensarlo económicamente, sino que además convenir remuneraciones variables en base a resultados, además de un ámbito laboral que promueva el crecimiento, pero también la plenitud personal e inclusive la amistad.
5.- No delegar, o mal delegar.
Como contracara del punto anterior, hallamos otros casos donde el fundador de la empresa no termina de delegar y confiar en su propio equipo de trabajo, entorpeciendo las tareas de todos. “Pensé que nadie lo haría tan bien como yo, entonces me la pasaba interrumpiendo y corrigiendo a mis empleados. Hasta que un día me hicieron notar que no sólo era molesto, sino que además tenía una versión errada, ya que muchos de los chicos, al estar 100% focalizados en sus tareas, la hacían con mucho más calidad y detalle que cuando yo lo realizaba con anterioridad”.
Si elegiste un equipo de trabajo, confía en él. Define las métricas o KPI que consideres esenciales, y procura que se desempeñen con tranquilidad día a día. Ya llegará el momento de medición, revisión, y mejora continua.
6.- No saber decir que no.
Por último, esta situación la topamos en diferentes agencias. Uno de los fundadores nos contaba. “Por años me la pasé haciendo favores en servicios que no eran el core de nuestro negocio, o bien acepté proyectos para tener mayor estabilidad financiera. Finalmente me di cuenta cuan equivocado había estado. Solo me quitaron tiempo en convertirme una empresa experta en algo específico.”
“El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor”
(Confucio, filósofo chino, 500 AC)